Ácrata, sin dios ni amo…pues menudo era Vázquez en cuestión de hacer lo que le pedía el cuerpo. Muestra de ello; un puñado de paginas que fueron publicadas en revistas Bruguera y ediciones B en las que el autor se deshace de ataduras y corsés para realizar verdaderos experimentos de composición. Paginas que aportaban un soplo de aire fresco y que suponían una ruptura de los esquemas rígidos impuestos en aquellas publicaciones.
Sin duda eran trabajos fruto de la confluencia de aspectos dispares en la personalidad y maestría del autor. En ellos queda patente su pereza para dibujar cuando no le venia en gana, su genialidad para sacar el máximo partido a 4 trazos, la chispa humorística que siempre tenia encendida, la autocrítica y la capacidad para reírse de si mismo, el dominio en la composición de paginas y viñetas y el valor demostrado para hacer lo que le venia en gana a sabiendas de que, a pesar de criticas de editores y directores, lo que acababa haciendo tenia una gracia inmensa, o como dice el genial Ibáñez “todo lo que hacia Vázquez tenia una gracia loca, loca”.
Sin duda eran trabajos fruto de la confluencia de aspectos dispares en la personalidad y maestría del autor. En ellos queda patente su pereza para dibujar cuando no le venia en gana, su genialidad para sacar el máximo partido a 4 trazos, la chispa humorística que siempre tenia encendida, la autocrítica y la capacidad para reírse de si mismo, el dominio en la composición de paginas y viñetas y el valor demostrado para hacer lo que le venia en gana a sabiendas de que, a pesar de criticas de editores y directores, lo que acababa haciendo tenia una gracia inmensa, o como dice el genial Ibáñez “todo lo que hacia Vázquez tenia una gracia loca, loca”.
Y es que, volviendo a lo de siempre, Vázquez era un humorista e historietista puro, que sin necesidad de recurrir a florituras innecesarias en sus paginas conseguía arrancar una sonrisa. Lo hacia sin ningún pudor ni auto restricción, lo mismo le daba tener que usar fotografías de el mismo, simplificar el trazo y entremezclarlo con dibujos mas detallados o hacer desaparecer bordes de viñetas. Continuamente estaba reinventándose, no solamente es que no fuese un dibujante de un personaje para toda la vida- como el mismo decía-, es que era un autentico regalazo nuevo en cada cosa que hacia. Me resisto a no imaginarlo como a Angelito, lapiz en mano, dibujando monigotes- en papel en lugar de tapias- y maquinando diablurillas. Y miren que no quiero dejarme llevar por mi admiración y entusiasmo hacia Vázquez y su obra…y que se pueda pensar que exagero en lo que digo… así que por esto mismo echen un vistazo a los dibujos que ilustran esta líneas y…ustedes mismos.
4 comentarios:
Siempre me han hecho gracia estos corta-y-pega de Vázquez. Hasta eso lo hacía,como dicen por ahí, con una gracia loca loca.
Ej que el hombre era asín de creativo
A mi estos Vázquez "desquiciados" siempre me han parecido lo más genial del autor, sin desmerecer sus historietas, por supuesto.
Qué grande Vazquez! Es uno de los grandes olvidados de nuestro comic, cuando uno se pone a hablar de las historietas de su infancia, tiene la certeza de que todos los demás se han patrido la caja con alguna de las suyas (estaba en todos esos recopilatorios que lo mismo traian a goomer, que a zipi y zape, asterix o los míticos xunguis. Genial ese personaje que llamó como él mismo y que era un moroso de tres pares.
Siempre es agradable recordarlo, un saludo y felicidades por el blogg.
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